● ● ● chikocl® [VI]●

lunes, junio 18, 2007

La vaca y mi Nintendo

En algunas clases de la universidad observaba cómo uno de mis compañeros extraía de su mochila su PSP. Una consola de unas dimensiones proporcionales a un GameBoy Color, un tanto más alargada, y con una interfaz mucho más amigable. Él jugaba Pro Evolution Soccer... no recuerdo qué versión. Y en un rato, como la clase estaba en un idioma incomprendible, saqué mi Gamebot Color que me guachipitié el año pasado (pues es prestado a Pinky y me lo traje yo y nadie lo ha reclamado, así que es mío), y me puse ajugar Pokémon Cristal (cartucho que tampoco es mío, que es del René y tampoco me lo ha reclamado...y es mas, sabe que lo tengo).

La evolución de estos lindos juegos... pensaba en eso anoche, cuando jugaba una partida de Sky Destroyer (el que ven en la foto). No es un juego tan moderno como el Aircraft, ni con una gráfica de miedo como los Xbox 360; pero que de igual modo como a muchos les excita y les mueve las amalgamas el Age of Empires, yo babeaba por Mario Bros.

Cuenta la historia, por ahí, por el año 1992, creo que para un día del niño, recibí como regalo el famoso Action Set de Nes Entertainment System!... el Nintendo mas bien conocido!. Pero no era el que todos tenían. Si bien el mío era físicamente igual (y que no se confunda con el famoso Creation que traía como 999 juegos incluidos y era más pequeño) tenía su toque especial. 32 lindos juegos programados entre los cuales puedo recordar: Islander, Wrestle, Galaxian, Galaga, Bomber Man, Super Mario Bros, Exerion, Ice Climber, Star Force, Star Soldier, Tetris, entre otros.

Y la verdad, es que esa fue la consola que me amarró desde pequeño al mundo de los píxeles. Me consumía el Súper Mario Bros (¡Que suerte de tenerlo en la consola sin necesidad de casette!) , que de hecho, tenía una trampa para poder empezar en el mundo que quería, además que siempre se tendía a decir que Luigi era más rápido que Mario, y además podía hacer el famoso truco de las mil vidas en la pantalla 3-2. Y obviamente, como todo buen pajero chileno, no podía pasar decentemente los mundos 3 y 7 porque daba flojera descubrir la clave para pasar el castillo del Koopa. Eran incesantes tardes de diversión a mis escasos 5 años, manejando el mono de gorra roja con bigotes ya que los diseñadores no se dieron la paja hasta muchos años mas tarde de hacerles facciones a los personajes. Esa es la razón de porqué Mario y Luigi tienen bigotes.

Mi excitación fue mayor, cuando apareció el Súper Mario Bros 3, ese juego fue el único casette que compré, si no mal recuerdo en el Bío Bío Shopping Center... por 1994. Tenía sólo tres revistas de Club Nintendo y en una de ellas decía cómo sacar el ancla en el Mundo 2 . Nunca supe hasta este siglo para qué carajo servía. Pero la modalidad de cambio de mundo vía flautas, ver a Mario volar con su gran panza y pensar que las aventuras nunca acabarían hasta que derroté a Bowser por primera vez haciéndolo caer en su precipicio, hicieron que yo siempre tuviese una admiración enorme a estos juegos de la Mítica NES.

Otras incursiones fueron por ejemplo, el gran Tetris. Siempre sabrás distribuir de mejor forma tus espacios si sabes jugar Tetris. Recuerdo siempre una tarde de sábado, de verano. Yo comiendo Doblón, en el año 1993 y solo en la pieza jugando el Tetris. Pero por el puro placer de escuchar su música. Cuatro variedades que hasta el día de hoy me seducen: Loginska, Bradinsky, Karinka, Troika; siendo la segunda de mi mayor preferencia por su versatilidad y su rapidez lo que otorgaba ritmo al juego de rápida destreza y pensamiento lógico instantáneo. Brad Fuller le dio pero muy bien el palo al gato con elegir estas canciones tan monofónicas para el notable juego soviético.

Lo que no podía faltar, eran los juegos de naves. Galaxian y Galaga mostraban una lucha incesante contra mutantes bichos (pues me costaba asimilarlos con marcianos, sino que parecían moscas o algún otro insecto volador), siendo Galaga un referente idóneo de la unión de fuerzas, como pueda rezar Star Wars. Cuando el bicho morado absorvía tu nave, la coloreaba roja y la capturaba. Con otra, la podías recuperar matando al bicho y podías conseguir una nave doble y así tener ventaja. Y cuando pasabas las etapas ganabas medallas.

Otros juegos de naves, pero más desarrollados y no tan estáticos eran Star Force y Star Soldier. Naves que avanzan incesantemente por distintos lugares del espacio matando todo tipo de figuras pixeladas. Ya que algunas son tan deformes que son difíciles de asociar. En Star Soldier siempre me asustaba cuando de pronto ibas de lo mejor, adquiriendo poderes y te aparece un rostro humano color morado y una música que me ponía los pelos de punta. Y cuando comenzaba a superar el miedo a la Cara”; pasando la segunda etapa me encontré que la nave para pasar de nivel que había que destruir ocupaba nada menos que TRES CUARTOS de pantalla. Bueno... así lo vi cuando chico. Cuantos sustos me pasé reseteando la consola, casi llorando del susto y después tomando conciencia que había perdido todo lo avanzado. Cosas de pendejito.

Pero lo siguiente tiene que ver con algo mas bien particular. El juego Sky Destroyer era el que le gustaba a mi papá. Y cuando yo no estaba en su casa (pues la consola terminó sus días en la casa de mi viejo) él lo jugaba y me contaba qué pasaba luego de ganar ciertas pantallas que yo aún no veía. Me contó un día, por teléfono, que había logrado pasar un escenario, y que decía “Mission Complete”. Cosa que yo quería ver con mis ojos.

Cuando nos decidimos a pasar la pantalla entonces, en ese juego donde tú maniobras un avión monomotor y debes destruir otros aviones enemigos azules y rojos además de unos barcos agujas que salen por ahí; llegamos a la última parte en la cual había que destruir un tanque que aparece en un campo. Pero con sus colores de camuflaje me hacían confundirlo con una vaca, entonces dije “Mira papá, la Vaca!”... y para mi, el tanque quedó para siempre como La Vaca. Claro. Destruyendo a La Vaca, se pasaba la etapa.

Gratos momentos junto a esa consola, que con el desgaste dijo adios alrededor de 1997. Cuando ya la venía a suplir un Super Nintendo que me llegó en la pascua de 1995. Pero que nunca me llevó a esa magia de niñito chico que me dieron esas tardes con mi NES.

Sólo hasta el año pasado...cuando logré revivir esa nostalgia, con los emuladores y roms de Nes. Pero el tiempo pasado, fue mejor. Ahora, me voy a matar la Vaca.

● ● ●chikocl®[RT]+

Etiquetas:

1 Comments:

  • Yo en mis tiempos mozos jajaja... onda en 1995, tuve un CREATION!!! XD, eso si que era la media entretención, con 24 juegos incluidos de 8 bits, su mera copia de NES y sin dudas, con tardes de diversión y hasta lloriqueos x no pasar las putas etaps de algunos juegos más pixelados que foto carnét impresa en A4 :D

    kurotashiO!

    By Blogger kurotashio, at 9:32 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home