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viernes, junio 29, 2007

La Nueva UTEM

Era verdad. Cuando vi como una de mis opciones de entrar a la universidad cuando se dieron los procesos de admisión a principios de año, a la UTEM, me imaginaba los constantes escenarios de protestas y manifestaciones con vistas un poco coloradas. Sobre todo porque me tocaba nada menos que en la sede de Av. Macul en pleno Triángulo de las Bermudas universitario de Ñuñoa.

El estigma de conflictiva que tenía la UTEM era predominante en todo sentido. Tenía yo algunos conocidos que me decían “que podía olvidarme de las vacaciones de invierno”, pues era muy normal que en junio se tomara la UTEM por distintas razones. Entonces podía presentir que en cualquier momento que me encontrara en alguna actividad al interior de la sede, tendría que salir arrancando o refugiarme por actos juguetones de encapuchados. De hecho, los eventos acontecidos el 28 de marzo pasado, en una primera instancia, parecían presagiar que este año las cosas no serían distintas.

Pero muchos, por prejuicio caímos. Y comprendo la satisfacción que el gran número de estudiantes de la UTEM tienen el día de hoy de poder terminar el semestre como la gente. Al menos eso podrán decir los que llevan más tiempo. Yo soy mechón, por lo tanto, no me he visto afectado por tan desagradable situación. Y es que se nota que en la UTEM hay otros aires. Se ven las cosas tranquilas. Hay algo distinto.

Mas allá de una gestión cuestionable del rector Miguel Avendaño, cuyas evidencias aún no puedo constatar al menos yo, pero que el descontento siempre ha sido evidente; al alumnado le parece haber caído la teja. Pues los utemianos han estado pacíficos. Pues como dijo un compañero en Canal 13, estamos en “otra parada”. Y destaco la actitud que mis compañeros hasta hoy aún de Universidad opten por lo diplomático. Ya basta de asquerosas protestas violentas que hacen los floreritos encapuchados.

Por eso aunque mucha gente se extrañó, se notó esta nueva unión desde el paseo a la playa cuando agarraron a un delincuente que los quería fastidiar; o cuando los compañeros utemianos defendieron la sede Macul ante la cobarde agresión de los encapuchados afuerinos que destruyeron parte del edificio de José Pedro Alessandri, que al día de hoy ya se ve reparado; o también en la Toma frustrada de la semana pasada con un petitorio patético, decisiones autoritarias y poco consecuencia; e incluso ante el último hecho de violencia aislada producido este martes cuando encapuchados quisieron revolver los ánimos dentro de la UTEM, cuando ya los cabros tienen más conciencia de qué es lo que es mas importante.

Condeno totalmente como alumno de la UTEM aún, a quienes agredieron al compañero Álvaro Morales, y por supuesto, quiero expresar mi satisfacción hacia esa gran mayoría de compañeros, que se pusieron los pantalones y que hacen de la UTEM hoy un punto de conciencia y progreso. Que supieron que la inteligencia se desarrolla con estrategias y lucha dialógica; que con la violencia bruta y primitiva. Y además, especial felicitaciones, a quienes hacen posible el seminario de Liderazgo y Emprendimiento que entre ayer y hoy se realiza en el Auditiro del edificio de Telefónica.

Arriba UTEM. Esto habla bien de todos nosotros.

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miércoles, junio 27, 2007

Se viene el Papelón

Ya no es la misma magia. Esas ganas de ver un partido de Chile, como si fuese un acontecimiento total. Cuando era un buen motivo de reunión, de toda la familia, con su asado de acompañamiento en lo posible. Los delirantes relatos de Pedro Carcuro y las palabras de acompañamiento del señor Livingstone, o en su defecto, las odas al balón del maestro Julio Martínez.

En la pantalla, se veía un nueve y un once fijos. El Matador y Bam Bam. Ese Matador que triunfaba en River Plate y el ex Pichichi se lucía en el Inter de Milán. Confiábamos ciegamente que cada partido que se jugara en nuestro campo de batalla, ese coliseo que emula lo grandioso de un recinto romano, sí, el mismo de avenida Grecia; era una celebración próxima en Plaza Italia. La ilusión de un mundial, tan cercana, y los jugadores, dignos de la generación del final de milenio, demostraban que era posible al igual como lo hiciera el Chino Caszely, o Santibáñez, o Salah entre otros cracks del fútbol chileno de antaño, que el amor a la camiseta existía, y que en ella, las esperanzas y el honor de un país cabían como responsabilidad en los once titanes que tenían como meta introducir un caprichoso balón en el Arco del Triunfo.

Así luego vino ese 2 a 2 contra Italia, 1-1 contra Austria e igual marcador con Camerún con ese mítico gol del Coto Sierra. Yo era alumno de cuarto básico en esos tiempos, y era tanto lo que motivaba ver a la Roja de Todos, que se hacía agradable escuchar la canción de Alberto Plaza y juntar álbumes de láminas con los rostros de las estrellas que brillaron en Francia y que se devolvieron con el solidario 4-1 que les diera el bien finalista Brasil hace ya nueve años.

Pero hoy, ad portas de iniciar la Copa América 2007, en la República Forzadamente Chavista de Venezuela (sería muy bolsero ponerle “Bolivariana”) y también que la Sub 20 nos represente en Canadá; se leen en los diarios mediocres comentarios como los que dijera unos de los Directores Técnicos que ha sacado a varios talentos adelante. No se si extrañamente (recuerden que Esto es Chile) José Sulantay dijo: "Ser campeón del mundo es muy difícil. Si avanzamos, bienvenido sea, pero hay que tener los pies sobre la tierra". Señor Sulantay. ¿Usted lleva a un lote de cabros a jugar a la pelota por que sí? ¿O va con las ganas de alzar la Copa del Mundo? Es muy distinto.

Entonces claro, puede que en Chile el fútbol sea saltar a la cancha a jugar una pichanga para luego echarse polvitos con modelos que se eligen por catálogo. Pues así queda claro. Basta ver a Juan Pablo Úbeda con sus ataos con Pamela Díaz, que es digna señora esposa de un jugador que no pierde la calidad como Manuel Neira; o los más recientes casos como Mauricio Pinilla y Luis Jiménez teniendo en común denominador a la cándida Coté Lopez (...). Me están hablando de fútbol...¿no?.

Está bien. Zamorano también estuvo con modelos. Salas también, y varios otros igual. Pero a los de ahora se les olvida algo. Triunfar, consagrarse, tener un prestigio ganado y conservado con el balón en los pies.

En el caso de la selección que en pocos minutos jugará con Ecuador, en Canal 13 leía, que es un plantel para ilusionarse. ¡Claro, si no niego que los jugadores jueguen bien en sus clubes con campañas extraordinarias!(sólo de algunos), pero el equipo es cuando se logra la sinergia. Chile se destaca por carecerlo. Jugadores poseros, pajeros, faranduleros, taimados e interesados. Yo si estuviera en los pantalones de Carcuro, que gritaba con tanta emoción los goles de Caszely y Zamorano, estaría llorando de vergüenza por una selección que va a la Copa América como un incierto. Menos mal que la Copa América la transmitirá Canal 13, de verdad sería trágico escuchar al menos tres veces la tristeza del colorín. El grupo está nada menos que conformado por Brasil, México y Ecuador. Apostaría que Chile apuesta a lo más, a pasar a segunda ronda, calculadora en mano, y como mejor perdedor.

Entonces, compañeros, con esta selección, sólo podemos pensar en que se viene un gran papelón. Lo siento mucho por el Chupete, el Choro Navia, el Mati, el Mago Valdivia. Talentosos jugadores que tendrán que comerse la vergüenza de figurar en una selección que luego de pasar por la gloria en Francia, se perdió como un carretero ebrio luego de la jarana. O mas bien, muchos siguen en la jarana, arriba de la pelota en vez de saber meterla en el arco.

Me voy a ver el partido. ¡Viva Chile!.

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